La seguridad es la más alta prioridad al probar productos cosméticos para niños, y el cumplimiento de regulaciones y directrices estrictas es esencial. Un enfoque ampliamente recomendado es probar inicialmente los productos en voluntarios adultos para establecer una línea de base para la seguridad antes de considerar cualquier prueba que involucre a niños. Esto asegura que los riesgos potenciales se minimicen a fondo, y cualquier efecto nocivo se identifica rápidamente.
Para productos diseñados específicamente para niños, como pañales o toallitas para bebés, las evaluaciones de seguridad se pueden realizar utilizando voluntarios adultos en condiciones altamente controladas y exageradas, como pruebas de parches. Para imitar mejor las características de la piel de los niños, se recomienda encarecidamente que una porción sustancial de voluntarios adultos tenga una piel sensible.
Probar productos cosméticos en los niños debe excluir estrictamente los ingredientes de alto riesgo debido a que su piel es mucho más delicada y sensible que la de los adultos. Esta estrategia permite a los fabricantes identificar y abordar preventivamente los riesgos potenciales, asegurando la seguridad del producto para estos usuarios más vulnerables.
Hay varias soluciones de pruebas de seguridad clínicas a continuación para verificar la seguridad del producto y corroborar reclamos relacionados:
1. Prueba de irritación dérmica primaria: determina si el producto causará irritación inmediata cuando se aplique a la piel. Se aplica una pequeña cantidad del producto a un área específica de la piel, generalmente debajo de un parche. Luego, el sitio de la aplicación se monitorea durante un período corto para obtener signos de enrojecimiento, hinchazón o irritación.
Reclamos corroborados:
Suave con la piel
No irritante
No irritante a piel sensible
2. Prueba de irritación acumulativa: evalúa si el uso repetido del producto con el tiempo causa irritación de la piel. El producto se aplica repetidamente al mismo área de la piel durante varios días para simular el uso regular. Luego se observa la piel para obtener signos de irritación, enrojecimiento o daño.
Reclamos corroborados:
Suave en la piel para uso repetido
Leve para uso a largo plazo
3. Prueba de parche de inducción repetida humana (HRIPT): evalúa si un producto puede causar reacciones alérgicas después de la exposición repetida. El producto se aplica a la piel varias veces durante tres semanas, seguido de un período de descanso y una aplicación de desafío final. La piel es monitoreada de cerca para respuestas alérgicas como el enrojecimiento, la hinchazón o las erupciones.
Reclamos corroborados:
No inductor de respuesta alérgica
Pediatra revisado
Probado dermatológicamente para la piel sensible
4. Pruebas de fototoxicidad y fotoallergia: evalúe si un producto desencadena reacciones adversas de la piel cuando se expone a la luz solar o la radiación UV. El producto se aplica a la piel y se expone a la luz UV. Luego se observa el sitio para el enrojecimiento, las erupciones o la hinchazón.
Reclamos corroborados:
No fotosensible
Suave en la piel bajo la luz del sol
5. Prueba sin lágrimas oculares: determina si un producto es suave en los ojos y no causa irritación ni lágrimas. El producto se prueba in vitro, utilizando modelos que replican el tejido ocular y, posteriormente, in vivo en voluntarios humanos en condiciones controladas. Los ojos son monitoreados por irritación, enrojecimiento o incomodidad.
Reclamos corroborados:
Sin lágrimas
Oftalmólogo probado
Suave para los ojos sensibles
Al realizar estas rigurosas evaluaciones de seguridad, los fabricantes y las marcas pueden garantizar que sus productos cumplan con los más altos estándares de seguridad para los adultos y estén bien preparados para realizar pruebas de seguridad en los niños cuando sea necesario y apropiado.